El próximo lunes 8 de abril ocurrirá el tan esperado eclipse total de Sol, el cual será visible en México, Estados Unidos y Canadá.
Este fenómeno astronómico -en donde la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, creando una obstrucción completa impidiendo que pase la luz- durará, esta vez, 2 horas y 41 minutos.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la fase total -en la que se obscurecerá por completo el cielo- durará 4 minutos con 20 segundos, es decir, de las 11:07:25 a las 11:11:45 de la mañana (tiempo del centro de México).
Los eclipses de Sol, a pesar de que resultan espectaculares y que pareciera que ocurren cada mucho tiempo, en realidad lo hacen con relativa frecuencia (alrededor de 5 eclipses solares suceden cada año), aunque no siempre en sitios donde se concentra una gran cantidad de personas -como son las grandes ciudades- donde puedan ser observados y admirados.
Quizá el eclipse solar más famoso del que se tenga memoria sea el ocurrido el 29 de mayo de 1919 en Brasil. Gracias a éste -que fue fotografiado y estudiado detalladamente por un equipo de científicos- el físico de origen alemán Albert Einstein se consagró como un pilar fundamental de la Física moderna ya que, empíricamente, pudieron comprobarse sus predicciones (la Teoría de la Relatividad General) que se refiere al hecho de que la luz se curva cuando se encuentra ante la presencia de un objeto masivo debido a la curvatura del espacio-tiempo que producen, por ejemplo, planetas y estrellas.
Pero, gracias a los eclipses, ¿podríamos comprender mejor el funcionamiento del Sol?
Resulta que un grupo internacional de investigadores de la Universidad Aberystwyth en Gales realizarán experimentos cerca de Dallas, Texas -donde el eclipse será total- con la finalidad de estudiar la corona solar.
La corona -formada por plasma- es la capa más externa del Sol y, por tanto, la que resulta más visible desde la Tierra cuando hay un eclipse debido a que se extiende por más de un millón de kilómetros. Desde nuestro planeta, o inclusive a través de instrumentos especializados instalados en el espacio, puede estudiársele mediante un dispositivo llamado coronógrafo, cuya invención, en 1931, se le atribuye al astrónomo francés Bernard Lyot.